Tras el acuerdo de Donald Trump con la compañía fabricante de calderas Carrier, con sede en Indiana, para salvar 1000 puestos de trabajo y evitar que se trasladaran al extranjero, el presidente electo de Estados Unidos afirmó ser un defensor de la clase trabajadora y prometió continuar su plan de mantener los puestos de trabajo estadounidenses. Sin embargo, economistas reconocidos de todo el mundo, incluido el experto en divisas Pablo Soria de Lachica, advierten por el contrario de que los acuerdos comerciales guiados por incentivos de Trump son un mal presagio económico que no sólo debería asustar a los presidentes ejecutivos de las grandes empresas, sino también a los trabajadores y a sus familias. Después de analizar los datos publicados por la Oficina de Estadística Laboral de Estados Unidos, Soria de Lachica estima que los esfuerzos de Trump, a lo…