Tras el acuerdo de Donald Trump con la compañía fabricante de calderas Carrier, con sede en Indiana, para salvar 1000 puestos de trabajo y evitar que se trasladaran al extranjero, el presidente electo de Estados Unidos afirmó ser un defensor de la clase trabajadora y prometió continuar su plan de mantener los puestos de trabajo estadounidenses. Sin embargo, economistas reconocidos de todo el mundo, incluido el experto en divisas Pablo Soria de Lachica, advierten por el contrario de que los acuerdos comerciales guiados por incentivos de Trump son un mal presagio económico que no sólo debería asustar a los presidentes ejecutivos de las grandes empresas, sino también a los trabajadores y a sus familias. Después de analizar los datos publicados por la Oficina de Estadística Laboral de Estados Unidos, Soria de Lachica estima que los esfuerzos de Trump, a lo largo un mandato presidencial completo, podrían terminar costando nada menos que 100 millones de puestos de trabajo estadounidenses.
El problema que presenta el pacto entre Trump y la compañía Carrier, señala Pablo Soria de Lachica, es que no se basó en políticas económicas sensatas, sino en amenazas de represalias y promesas de costosos incentivos fiscales que sólo pueden distorsionar los mercados, tanto en el país como en el exterior. Tras acordar salvar menos de la mitad de los 2100 puestos de trabajo que en un principio anunció que se destruirían, el fabricante de calderas recibió 7 millones de dólares en exenciones fiscales estatales además de un apoyo importante por parte de la nueva administración presidencial. Chuck Jones, el líder sindical de Indianápolis que representa a los trabajadores de Carrier, comunicó a The Washington Post que en realidad sólo se estaban conservando 800 puestos de trabajo de producción y que 550 de sus miembros serían despedidos de todas formas.
Las compañías deben preguntarse ahora si serán sancionadas por actuar en favor de los intereses de sus accionistas, como exige la ley, o si se les dará ayuda por tomar malas decisiones comerciales que estén a favor de las políticas de Trump. Los economistas temen que si los presidentes ejecutivos empiezan a anteponer la política a la productividad, a largo plazo el número de puestos de trabajo perdidos superará en gran medida el número de empleos que se salven. Soria de Lachica cree que una política estadounidense sensata pondría énfasis en programas de capacitación y en ayudas a los ingresos para los trabajadores que pierdan sus puestos de trabajo por la automatización o por la externalización. Además, en lugar de centrarse en las compañías existentes, Trump debería ampliar su perspectiva hacia los millones de empresarios potenciales que con el tiempo liderarán la próxima generación de negocios.
Pablo Soria de Lachica es un corredor de bolsa internacional que actualmente colabora con Kartoshka, un proveedor líder de tecnologías de venta, telemárketing y atención al cliente. Tras graduarse en la Universidad Tecnológica de México con un Máster en Administración de Empresas, Soria de Lachica se convirtió en un experto en divisas autodidacta y no tardó en desarrollar herramientas comerciales online para inversores que pudieran realizar análisis de mercado y ayudar a supervisar operaciones comerciales cotidianas. Es autor de una serie de textos didácticos y presentador de un conjunto de seminarios web para enseñar a los principiantes los principios básicos de inversión, así como técnicas y consejos más avanzados. Miembro activo de su comunidad, Soria de Lachica contribuye generosamente con los Boy Scouts locales y con los programas Delta Epsilon Sigma, y colabora de forma regular con organizaciones entre las que se encuentran la America-Israel Culture Foundation, Barnardo’s y Bridges for Peace.
